Casada a los 16 años, madre de 11 niños, le quiere mucho a su esposo, vive en Rusia

Maria e Ivan se conocieron en la iglesia cuando ella tenía 13 años y él tenía 24. Dos años después, eran prometidos y con el permiso de sus padres, se casaron una semana después de su decimosexto cumpleaños. Dieciséis años después, ahora él tiene 43 años y ella tiene 32. Están felizmente casados, viviendo con sus 11 hijos e hijas en un apartamento de una habitación que cubre aproximadamente 400 pies cuadrados.  Les gusta mucho tener una familia grande y esperan tener más hijos... 

En la región de Moscú, ahora hay aproximadamente 142,000 familias con tres o más hijos. Este número ha doblado y más en los últimos ocho años. 

Un cierto número de familias tiene más que 10 hijos. Decidimos visitar a una de ellas, la familia feliz Kairov en el pueblo suburbano de Zelenograd. En 16 años de matrimonio, han tenido 11 hijos e hijas y no tienen planes de parar ahora. 

Kindergarten familiar 


Foto: Moscú 24 / Anton Velikzhanin

Ivan y Maria han sido una pareja por 16 años y ahora tienen 11 hijos. La mayor tiene 15 años, y la menor se nació hace poco menos que un mes. En el momento en que se conocieron, ¿podrían haber imaginado que sus vidas se entrelazarían así para traerles felicidad familiar verdadera y amor en los corazones de tantos hijos? 

Maria e Ivan se conocieron en la iglesia cuando ella tenía 13 años y él tenía 24. Ivan vino de Omsk a la capital para estudiar. Durante los primeros dos años, sólo se hablaban, y luego los jóvenes empezaron a sentirse afecto. Empezaron a pasar más tiempo juntos y se dieron cuenta de que esto era el comienzo de algo más grande. Cuando Maria tenía 15 años, Ivan le ofreció su mano y su corazón.  

En aquel momento, Maria justo había cumplido el noveno curso y cuando sus compañeras de clase vieron el anillo en su dedo, aun no creían que la joven tenía un prometido. Ella no se lo dijo a nadie y los maestros no sabían tampoco. Pero sus padres consentieron de inmediato. Ivan ya no recuerda cómo le propuso matrimonio. 

—Papá no recuerda pero Mamá sí recuerda,— se ríe Maria respondiendo. —Fuimos de paseo; él me dio un anillo y dijo que sería yo su esposa. Por supuesto que yo estaba de acuerdo; no había duda.— La pareja esperó hasta que Maria se graduó y cumplió 16 años y entonces se casaron una seman después. Así en 2003 se nació su familia. 


Foto: Moscú 24 / Anton Velikzhanin

Un año después, su primera hija, Susanna, se nació y desde entonces su familia ha seguido creciendo por un niño casi cada año. Desde su niñez, Maria soñaba de tener muchos hijos. Tenía un muy buen ejemplo - su bisabuela, Barbara, tenía 15 hijos e hijas. Maria sueña de tener tantos. Pero su esposo nunca imaginaba que pasaría: 

—Viviendo en la sociedad moderna, no te das cuenta de que hay familias con tantos hijos, así que al principio, no lo esperaba yo. Vi otras familias que tienen uno o dos hijos y pensé que estaba bien.— 


Foto: Moscoú 24 / Anton Velikzhanin

Cuando nació su tercer hijo, la familia ya no cabía en su viejo carro de la marca -Lada-. Con tres hijos, no era fácil ir a la tienda: los niños corrían en los pasillos y había que vigilarlos, y todavía necesitaba tiempo para comprar los comestibles y cuidar al bebé en cochecito. Aun tan temprano, Maria dice que su familia grande empezó a atraer la atención en público y eso a veces le hacíа sentir incómoda. 

Ahora con 11 hijos, la familia Kairov ya no cabe en ningún lugar - en un carro, en una sala- ningún lugar. Es difícil sólo reunir a todos afuera. Aun si van de paseo con cuatro o cinco niños, la gente comienza a mirar con interés, siempre preguntando —¿O, son todos suyos?— Tienen que contestar que sí y que estos no son todos. 

Día típico para una familia grande


Foto: Moscú 24 / Anton Velikzhanin

La familia Kairov ha estado viviendo en el pueblo de Zelenograd por sólo un año. Por que tienen una familia grande, empiezan a atraer atención allí. —Sin embargo, todavía no estamos bien conocidos aquí,— dice Maria con una sonrisa. Sus hijos no van a kindergarten en la escuela pública porque su madre trabaja como maestra en el programa Kindergarten familial. 

En Moscú, Kindergarten familial es una forma de educación pre-escolar para niños de familias grandes quienes se registran como residentes de la capital. Padres abren un kindergarten familiar en casa y proveen la educación, capacitación, supervisión, cuidado, alimento, y cuidado de salud para niños de los 2 meses hasta los siete años. Uno de los padres (el maestro) tiene que tener una educación apropiada y para este padre la casa se convierte en su lugar principal de trabajon e incluye un sueldo. 

A través de los años, la familia Kairov ha desarrollado una rutina diaria. Mamá se levanta a los cinco o seis de la mañana y comienza a cocinar. A veces la bebé de un mes, Melania, la despierta más temprano, pidiendo comida. A las siete, Maria despierta a las cinco niños que van a la escuela: ellos se lavan en turnos, desayunan, y van a la escuela para las ocho. Entonces se despiertan los seis niños menores (incluyendo a los bebés).  Ellos necesitan lavarse, peinarse, vestirse, y desayunarse. Después, quehaceres y mandados comienzan. Algien va a clases de música mientras que otro necesita ir al doctor o dentista. Porque Papá es un sacerdote y generalmente trabaja durante los fines de semana y días especiales, la mayoría del tiempo (ente semana) él los lleva de paseo y los lleva alrededor del pueblo. 


Foto: Moscú 24 / Anton Velikzhanin

Luego los que fueron a la esculea regresan a casa y es hora de almorzar. Unos de los pequeños necesitan ir a la cama, otros necesitan ir al gimnasio o a la piscina, y otros se sientan para sus lecciones. Mamá todavía necesita cumplir sus quehaceres y hay algunos mandados durante el día. Afortunadamente, el lavarropas y secadora ayudan y así todo se cumple a buen tiempo. Sólo por las tardes pueden los padres cansados ir a la tienda. Es necesario hacer viajes frecuentes a la tienda porque todo se acaba tan rápidamente. 

Cada día por lo menos dos mil rublos (aproximadamente $30) se gasta para alimentos. Y frecuentemente compran cosas en grandes cantidades en envases grandes. Un solo viaje al Metro para carne y otros productos usualmente requiere como 10 mil rublos (aprox. $150). 

Pan, leche, frutas - todo se acaba en un instante. Leche se vierte por los litros, como agua de la llave. Usan como 100 litros (25 galónes) de leche cada mes. —No contamos los panes. Cada día usamos como cinco hogazas. A veces Papá hace el pan.—

Los dos padres admiten que —a veces se toma algunas hogazas de pan en la tienda y piensa, —¿Qué me van a decir en la caja esta vez?—. Una vez compraron 10 litros de leche (2 1/2 galónes), y la persona de la caja preguntó —¿Por qué toman tanto?— Después de todo, mucha gente hace cola con uno o tal vez dos litros de leche. 

La familia Kairov intenta comprar frutas cuando están en temporada para que cuesten menos. Cuando mandarinas están en temporada, compran mandarinas y cuando granadas están en temporada, compran granadas. Ahora, por ejemplo, están comiendo muchas bananas. En el verano, la familia compra frutas y verduras de un mercado en la región Tula y también compran peces en grandes cantidades. Compraron una casa en la región Tula usando su capital de maternidad para que la familia tenga la oportunidad visitar allí los veranos para disfrutar del aire libre. 


Foto: Moscú 24 / Anton Velikzhanin

Todos los niños ayudan en casa: la hija mayor, Susanna, cuida a los pequeños (ella misma dice con una sonrisa de satisfacción que ella manda a todos), y los que van a la escuela pueden cocinar pasta o freír huevos. Preparan comida para sí mismos y pueden dar de comer a otros. Pueden pasear por el patio bajo la supervisión de sus padres que vigilan del balcón. Papá y Mamá están felices y admiran a sus ayudantes pequeños: 

—¡Son de mucha ayuda! Cuando regresas de la tienda, llamas a casa de inmediato: —Niños, bájense.— Tres o cuatro se bajan y llevan las bolsas para arriba al apartamento. Así con dos o tres viajes, podemos llevar todos los comestibles al décimo piso.—

La vida de la familia se facilita por la infraestructura conveniente ofrecida por el pueblo. La escuela está cerca y los niños van y vienen por sí mismos y no necesitan que alguien los lleve. Ofrendas de deportes, arte, y música también están ubicadas convenientemente. Todo está cerca en Zelenograd y de más importancia, todo es disponible gratis.

Sobre dificultades y alegrías


Foto: Moscú 24 / Anton Velikzhanin

La familia Kairov no se queja de dificultades económicas; reciben todos los beneficios sociales que necesitan. Esto incluye indemnización mensual para los necesitados, complementos para el cuido de niños pequeños, y pagos del gobierno para familias grandes. Ellos también reciben un complemento para niños del alcalde de Moscú. 

Más información de indemnización, beneficios sociales y subvenciones para familias grandes se puede hallar en el sitio web oficial del alcalde de Moscú.

Un reto es que los beneficios principalmente sólo se pagan por niños pequeños hasta los tres años de edad y la no más se pagan por los mayores. Pero el asunto más urgente para la familia hoy es la vivienda. Ahora 11 niños y dos padres viven en un apartamento de una habitación de 40 metros cuadrados (400 pies cuadrados). Duermen en dos literas grandes, con tres personas en cada cama. Lecciones se hacen sobre un sólo escritorio y arriba de esto hay un armario en la pared. Tres personas a la vez se pueden sentar a la mesa, si para estudiar o para mirar caricaturas. 

Con todos en una habitación, es difícil cuando los niños comienzan a enfermarse. Uno se enferma y entonces todos en la habitación comienzan a toser y estornudar. En tales momentos, padres simplemente no saben a dónde ir. El doctor viene según la rutina establecida: el primer día, él visita a un niño; el segundo día, él visita a los demás. A veces medicina es gratis para familias grandes, pero para conseguir esta, hay que hacer cola en una clínica, y esto, muchas veces, no es viable con 11 niños. 


Foto: Moscú 24 / Anton Velikzhanin

Con una familia grande, el tiempo pasa volando. Ivan nota que cuando él empezó a cuidar a los niños, dejó de pasar tiempo con amigos porque no había tiempo restante para ellos. A veces hay oportunidades reunirse con amigos pero la familia toma el primer lugar. Con niños, especialmente con niños pequeños, es imposible ir a algún lugar para descansarse - excepto a su dacha en el campo. Y su esposa no sueña de nada más que eso: —Parece que he estado cocinando toda mi vida, y no me arrepiento,— dice Maria. 

—Es un pecado quejarse, porque tenemos todo lo que necesitamos: pañales, polvos, máquinas de lavar, secadoras, y estufas. El estado nos ayuda, y les aconsejaría a todas las mujeres parir. No sé por qué mujeres temen parir - la calidad de cuidado médico es muy alta ahora.— 

Maria dio a luz a sus tres hijos menores en Moscú. —Tanto cuidado, tanto respeto, y los expertos son buenos, tal como son el equipo y la anestesia. Cuidan tan bien a las que están en cinta. Quiero honrarlos. Tratan tan bien a madres, por eso allí es dónde queremos estar.—


Foto: Moscú 24 / Anton Velikzhanin

Ahora hay seis niñas y cinco niños en la familia Kairov, usualmente alternándose uno después de otra. Sus padres los dividen en grupos de cinco: los cinco menores, los cinco mayores, y ahora la primera de un grupo nuevo de cinco está aquí. 

—Susanna, Juan, Polycarp, Pelagia, Ilya, Cleopatra, Nikifor, Nonna, Callista, Sava, Melania . . .— Maria recita los nombres de sus hijos y no dice que son todos los que va a tener. —Si Dios quiere, me gustaría tener 15 hijos, pero cada parto se pone más difícil para mi salud. Pero uno consigue tanta placer por tener hijos: los mira en los ojos y uno se podría ahogar allí. ¡Eso es felicidad!— Maria dice esto mientras está mirando en los ojos de su hija, con amor. 


Foto: Moscú 24 / Anton Velikzhanin

Así vive la familia Kairov, que ya no más cabe alrededor de una sola mesa. Hoy comen sopa de frijoles para el almuerzo y mandarinas para el postre. Mientras mamá vierte la sopa, papá conseula a una hija que tiene temperatura y un diente doloroso. Y la hija mayor mece a la bebé en sus brazos. Se puede oír el sonido de cucharras en platos, los niños disfrutándose de su almuerzo, cocinado por mamá. Por sólo un segundo, Maria se para y descansa, y el grito de niños se oye otra vez: —Mamá...MAMÁ...—

Source: m24.ru (in ruso)